
El
ejemplo que traigo para este post es su visión sobre las políticas
Keynesianas, sacado de una entrevista que le hizo Becky Quick en mayo del 2012
y que pueden ver en YouTube. En su
opinión, la efectividad de las políticas Keynesianas varía dependiendo de la “virtud”
de los ciudadanos, y cito con mi traducción libre:
“La
razón por la que las políticas Keynesianas funcionaron tan bien, cuando
finalmente las adoptamos en preparación a la segunda guerra mundial, es porque
teníamos mucha virtud acumulada, de modo que las políticas Keynesianas
funcionaron perfectamente. A medida que
la virtud se deteriora, a medida que la gente busca el dinero fácil del
gobierno usando para ello el privilegio que le da los votos, en lugar de
buscarlo a través del trabajo, en esa medida las políticas Keynesianas dejarán
de funcionar”
Creo
que queda bastante claro lo que Munger llama “virtud” en este contexto, y de
manera muy acertada en mi opinión, expone que hay que discriminar a la hora de
aplicar políticas Keynesianas. No es lo mismo aplicar políticas Keynesianas, de
forma transitoria, en una “Economía virtuosa”, es decir, en una economía
acostumbrada a producir bienes y servicios valorados por la sociedad y que por
una coyuntura puntual no está funcionando como debería, que aplicarlos en una
economía subvencionada donde sus ciudadanos juegan al nefasto intercambio de
votos por dinero.
Dejo a
juicio de cada lector, si una política Keynesiana sería adecuada en cada uno de
sus países.