Me pareció curioso este post del blog de Freakonomics, en donde muestran como sueltan unos pequeños robots llamados por su creador como "Tweenbots" en el extremo Noreste del Washington Square Park y que los viandantes ayudan a llegar a su destino.
Los Tweenbots son pequeños robots rudimentarios que como característica tienen una cara sonriente, y que no tienen ningún tipo de sensor para poder percibir el mundo exterior. Sólo poseen un pequeño motor que los impulsa hacia adelante y necesitan de la intervención humana para poder sortear esquinas, baches y demás barreras en su camino. Es curioso, pero en la página web de tweenbots se muestra que uno de los robots necesitó 42 minutos en llegar de una esquina a otra del parque y que fue ayudado por 29 personas.
En el post de Freakonomics nos explican que existen estudios de ciencias de la conducta en donde un profesor de la universidad de Chicago, Nicholas Epley, a encontrado evidencia de que la gente tiende a tratar objetos inanimados "humanizándolos", como forma de combatir su soledad. Mientras más asociaciones tenga el objeto inanimado con conductas humanas más fuerte es la conexión. Al parecer, la gente se identifica con el pequeño y frágil robot que tiene problemas para seguir su camino.
2 comentarios:
Muy bonito o muy triste, aún tengo que decidirlo.
Muy bonito, un día soleado de otoño, colores vivos, música divertida, conductas apropiadas, solidaridad.
Muy triste, he recordado el experimento de Joshua Bell, seguramente lo conozcas. Prestigioso violinista que ofreció un pequeño concierto en el metro de Washington y sólo mereció la atención de 3 ó 4 personas frente a las 29 del robot. Debía ser que no llevaba pintada una sonrisa...
Un saludo.
Me voy a abstener de calificarlo Gallardo, pero sin duda es interesante ver cómo el Homo Sapiens es capáz de sentir afinidad por un motor con ruedas y una cara sonriente e ignorar por completo a un talento con apariencia de vago de metro.
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