
Sobre los precios
objetivo y los que los calculan:
Este post viene
inspirado al leer en los diferentes foros de inversión que en el debate entre
lectores como razón de peso para la compra o venta de una acción, el argumento
de que el “analista Menganito del prestigioso banco de Inversión Merry Lorgan
tiene un precio objetivo sobre la acción de Z”.
Vaya por delante
decir que he conocido a muchos analistas, y como en todas las profesiones, los
hay buenos, mediocres y algunos realmente excelentes. Los analistas de los
bancos de inversión son un muy buen apoyo en el trabajo de un gestor de
carteras, en especial cuando se trata de conocer a una empresa, su industria, y
demás características clave que se necesitan para valorarla.
Dicho lo
anterior, he visto que cuando, como inversor, se está estudiando entrar o no en
alguna compañía (o venderla si se tiene en cartera), hay muchos que se fijan en
la recomendación y en los precios objetivo que le otorgan los analistas de los
principales bancos de inversión. Esta es una práctica errónea ya que la
recomendación o el precio objetivo que le da un analista a una acción tiene
poco que ver con lo que realmente piensa es el probable desempeño que va tener
alguna compañía. Esto es así porque un analista de un banco de inversión NO ES REMUNERADO
por acertar el desempeño de una acción y mucho menos por que el precio objetivo
se acerque o no al precio al que una acción llegue a cotizar en x tiempo.
Una gran gestora
genera una gran cantidad de millones de Dólares-Euros en comisiones al comprar
y vender acciones, y estas se dividen en dos: las comisiones por compra/venta
de acciones y lo que se conocen como los “Soft Dollars”. Los Soft Dollars es
una cantidad, incluida en la comisión de compra/venta, pero que es adjudicada
de forma discrecional por la gestora a los diferentes bancos de inversión. Esto
se hace así porque se supone que este dinero es el que paga todo el trabajo de
investigación y apoyo que dan los analistas a los gestores de una gestora. Pues
bien, como se imaginarán, cada gestora usa sus criterios para repartir este
dinero entre los bancos de inversión, y les aseguro que no encontrarán ninguna
que lo reparta usando “el precio objetivo” como criterio para hacer este
reparto.
En mi caso,
cuando trabajaba para una grande, lo que hacía era “dar puntos” a cada banco de
inversión por lo que yo consideraba era una ayuda a mi trabajo y ese dinero lo
asignaba según los puntos que cada uno había sacado. Por ejemplo: de las cosas
que más valoraba era que me consiguieran una entrevista con el equipo gestor (CFO,
CEO) de una compañía que me interesase. Otros puntos los asignaba si tenían un
modelo en Excel de una compañía que me interesaba, si me daban alguna buena
idea de inversión, etc, etc. Yo trataba de ser lo más objetivo posible, pero en
esto el grado de subjetividad es alto, y les aseguro que el “tener una buena
relación” con el banco X era razón suficiente para asignarle un mínimo a ese
banco.
Como pueden ver,
el precio objetivo, o la recomendación de comprar, mantener, o vender no salen
por ningún lado en este proceso, y es por eso, entre otras razones, que el
valor que uno le debe asignar a estas cosas es el justo (en mi caso, ninguno).