domingo, 8 de febrero de 2009

Hay que ofrecer algo diferente




En mi serie de posts dedicados a "innovar o morir", me gustaría hablar brevemente sobre un importante componente de la industria del entretenimiento: las salas de cine.




Los primeros cines fueron construidos a principios del siglo pasado, en esa época fue una innovación casi mágica. El cine mudo era acompañado por música de piano en vivo. Recordemos que en esos tiempos no había televisión, por lo que el cine era el indiscutible rey del entretenimiento audiovisual.




Otro de los factores que hacía al público ir al cine, era el aire acondicionado. Aunque hoy en día nos parezca asombroso, lo cierto es que a principios del siglo pasado la invención del aire acondicionado era algo que ninguna casa particular se podía permitir, y en los calientes veranos de muchas cudades de los estados Unidos el aire acondicionado era un reclamo muy potente para atraer público. De ese modo las salas de cine se fueron dotando de estos aparatos para atraer público.


Ya a partir de mediados del siglo pasado, ese monopolio terminó con la televisión. Sin embargo, el precio de un televisor a mediados del siglo pasado hacía que sólo los privilegiados contaran con ese mágico aparato. Como referencia, un televisor de 10 pulgadas (en blanco y negro por supuesto), costaba a mediados del siglo pasado nada más y nada menos que 325$, es decir, más de 2800$ de hoy en día.




La verdadera competencia con el televisor se puede decir que empezó entre los 60-70. Y en ese tiempo el cine ofrecía cosas que el televisor no le podía dar al espectador. Una gran pantalla, con sonido estereofónico hacía que uno fuera partícipe en la sala de cine de la historia que nos estaban contando.





Sin embargo, poco a poco el televisor se fue acercando, ofreciendo cada vez una mejor imagen, incorporando sonido estéreo. El primer gran golpe vino con la televisión satelital y los servicios "pay-per-view". Así el televisor empezó a ofrecer cosas que el cine no podía ofrecer. Si se quería ver la pelea de los pesos pesados de boxeo se podía pagar cómodamente con la tarjeta de crédito y ver la pelea desde la comodidad de la casa, con una excelente calidad. Fue en esta época cuando el cine contraatacó con las "producciones supermillonarias". Grandes efectos especiales, islas artificiales o ciudades enteras eran construidas para hacer una película y así tratar de convencer al espectador de que saliera de su casa y fuera al cine a ver la película.




Hoy en día las salas de cine son atacadas desde varios flancos. El televisor ya no solo reproduce las emisiones de televisión y películas de nuestro DVD (o blu-ray) co calidad de alta definición y sonido 5.1, ahora reproduce juegos de consolas que tienen un efecto de inmersión en un mundo imaginario tan intenso o más que cualquier película. ¿Qué ofrece un cine hoy en día? la única ventaja es ver las películas antes de que salgan para el alquiler, y con la piratería on-line ya ni siquiera esa ventaja mantienen ya que sin salir de casa uno se pude bajar una película que todavía está en cartelera.






Está claro que la industria cinematográfica debe pensar en ofrecer algo diferente. Todo a punta a que el paso que darán será las películas en 3D, algo ya intentado en el pasado sin éxito, pero que con la nueva tecnología la sensación es mucho más natural que en el pasado.


Lo que si es cierto es que el reto que tiene la industria cinematográfica en frente es importante. La forma de distribuir los contenidos ha cambiado, la oferta se ha multiplicado, y el rápido ritmo de la tecnología crea incertidumbres a la hora de tomar decisiones de inversión. Lo único que está claro es que hay que ofrecer algo diferente.
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace muchos años que me pregunto si seré yo el único en este planeta que NO SOPORTA EL VOLUMEN del SONIDO en los cines !!!!!!!!!

UNA ENCUESTA PLEASE !