martes, 15 de septiembre de 2009

La realidad no existe, sólo nuestra percepción (I)

Como pequeña introducción, quisiera explicar un poco el título del post: La realidad es completamente subjetiva, es decir, viene determinada por nuestros sentidos. No es el mismo mundo el que nosotros percibimos que el que perciben los perros con su nariz un millón de veces más sensible que la nuestra o las mariposas que con su visión ultravioleta puede ver una infinidad de patrones que nuestro ojo no logra a ver.
Entonces ¿cuál es la realidad?, ¿la de los perros, la de las mariposas, o la de los humanos?, pues sucede que las tres, ya que la realidad no es un absoluto, sino que es relativa a quien la percibe.
Dentro de una misma especie, existen diferencias en la manera como se percibe el mundo, existen estudios que han demostrado que hay personas que tienen menos tolerancias a sabores amargos que otras debido a marcadores genéticos que condicionan la intensidad con que las personas pueden percibir este sabor. Es decir, según los genes de una persona, una misma comida sabe diferente de una persona a otra.

Lo más curioso de esto, es que la realidad no sólo es diferente entre diferentes especies, o entre individuos con diferentes niveles de percepción en sus sentidos. Si tomáramos a dos gemelos idénticos, la realidad es diferente entre ellos por la manera que el cerebro procesa la información recibida por los sentidos en ambos casos. Las experiencias vividas por las personas también condicionan la forma como las personas perciben el mundo. Este post (que ya he dividido en 2, ya veremos si se alarga más), habla precisamente de eso:




El cerebro humano es de lo más curioso. Su poder todavía no se comprende del todo, y en muchos campos es un completo desconocido.






Uno de los aspectos que me parecen más interesantes, y en donde se están haciendo numerosos estudios, es el poder que tiene nuestro cerebro para hacernos sentir mejor o peor sin que ninguna otra razón más que la autosugestión (ya sea voluntaria o involuntaria) actúe sobre nosotros.






Uno de los ejemplos de autosugestión más sorprendentes es el poder de las cirugías, y me explico:


Para que un nuevo procedimiento quirúrgico sea aprobado como un tratamiento efectivo (en los Estados Unidos, lo que se aprueba no es "la cirugía", sino las prótesis o instrumentos innovadores), se debe hacer la cirugía sobre un grupo de control el cual luego debe responder varios cuestionarios en donde de una u otra forma se mide la mejoría (si hubo alguna), que ha tenido el paciente sobre sus dolencias. Si los beneficios son significativos, el nuevo procedimiento se aprueba para su aplicación en cualquier paciente.

Sin embargo, lo que muchos estudios vienen confirmando uno detrás de otro, es que las cirugías en sí no tienen ningún efecto benéfico al compararlo con un "procedimiento placebo". El último caso lo podemos leer en esta noticia en donde encuentran que un grupo de pacientes intervenidos en una cirugía vertebral tienen una mejoría "no diferente" a la que obtiene un grupo intervenido "de mentira".

El estudio se centra en una operación llamada "vertebroplastia" y consiste en inyectar un cemento especial en las vértebras de las personas que ya sea por osteoporosis o lesiones se encuentran debilitadas. El estudio tomó a un grupo de 131 pacientes de los cuales 68 pacientes recibieron la vertebroplastia y 61 recibieron una "imitación" del procedimiento, es decir, se les anestesió la espalda, se presionó sobre ella para simular la inyección del cemento, y fueron expuestos al olor del cemento para terminar de montar la farsa.

El estudio dice que ambos grupos reportaron niveles similares en la disminución del dolor y mejorías en su movilidad y calidad de vida. Tanto los de la farsa como los verdaderamente tratados mejoraron su calidad de vida como consecuencia del "procedimiento".

Y este es sólo el último en una cantidad de estudios que están demostrando que muchos de los procedimientos que hoy en día se practican y la subsecuente mejoría experimentada por los pacientes, no es más que un efecto placebo que sufre el paciente al pensar que un procedimiento (costoso en la mayoría de las veces) se está practicando en ellos.

Esto acarrea una gran cantidad de preguntas: ¿si ambos procedimientos son igualmente efectivos no sería mejor hacer sólo "el teatro" en los hospitales? (esto reduciría los costes de la seguridad social), ¿sería moralmente aceptable "engañar" de este modo a los pacientes?, ¿se deberían seguir aprobando este tipo de procedimientos sin un "grupo placebo" al que se compara su efectividad?, ¿Podrían "inventarse" procedimientos con el sólo objetivo de aprovecharse del efecto placebo?.

Hemos visto como el simple hecho de simular una operación puede hacer que la realidad de una persona cambie. El mundo de dolor en el que antes vivía el paciente es ahora más llevadero. Y lo importante aquí es precisamente eso, que sí existe una mejoría en los pacientes, ya que ellos así lo han declarado en los cuestionarios de seguimiento.





Casualmente, mientras preparaba este post, en Gurusblog han publicado uno donde este poder del cerebro queda en evidencia con el efecto placebo de las pastillas, y los problemas que esto está causando en la industria farmacéutica.






Lo más interesante es que el poder que tiene nuestro cerebro para alterar nuestra percepción y como consecuencia nuestra realidad no sólo se puede observar en este campo sino que en una gran cantidad de otros, algunos de ellos con interesantes repercusiones sobre muchas compañías y su posible valor en bolsa, pero eso lo dejaremos para una próxima entrega...
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que pretendes defender es lo que se conoce en Epistemología como Constructivismo radical (es mejor leer un debate serio sobre el tema que enrollarse a filosofar en plan casero)
La Realidad si existe (por su propia definición) y es absoluta. Cada cerebro como máquina simuladora que es, capta e interpreta esa Realidad absoluta de una manera distinta. El buen método científico pretende aproximarse a captar esa Realidad más allá de la percepción subjetiva-relativista, utilizando máquinas, esquemas lógico-deductivos, experimentos, etc.

Pensamientos Neoliberales dijo...

Estimado Anónimo,

La verdad, no trato de defender nada. Me importa muy poco si la escuela tal piensa que la realidad es absoluta o relativa, o si vivimos en "the matrix", etc. eso se lo dejo a los filósosofs (que ni lo soy, y mucho menos pretendo serlo).
Lo que a mi me interesa son las aplicaciones que estas diferencias en la percepción de la realidad (o simulación cerebral, o como quieras llamarlo), ya sea por un efecto placebo, o por las muchas otras causas que ocasionan estas diferencias de percepción pueden tener en economía y finanzas. Esto lo desarrollaré más en el próximo post, sin embargo me pareció necesario este como introducción.
Si alguien quiere debatir sobre la realidad, le recomiendo que se vaya a http://www.cinicos.com/preguntas.jsp?g=0001

Anónimo dijo...

Excelente post, y espero no dañarte la proxima parte con este video que casualmente acabo de terminar de ver (del Sr. Dan Ariely):

http://www.ted.com/talks/dan_ariely_asks_are_we_in_control_of_our_own_decisions.html

Felicidades, estupendo blog... lo chequeo a diario para ver las cosas nuevas. Saludos

GC

Pensamientos Neoliberales dijo...

Muchas gracias, por el comentario. Acabo de ver el video de Ariely y está muy interesante. Si te gustan estos temas te recomiendo su libro "Predictably Irrational" (el mismo que salía al principio del video). Yo que soy un entusiasta del Behavioral Finance lo leí ya hace unos meses y lo recomiendo ampliamente.